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Mostrando entradas de junio, 2019

La conciencia, la compasión y el silencio

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La conciencia, la compasión y el silencio. La conciencia se observa al reconocer nuestro modo de ver el mundo, tal como vemos el mundo y a nosotros mismos así de conscientes seremos, por ello, solemos decir: hay que hacer o tomar conciencia histórica, conciencia ecológica, educativa, social, etc., También tenemos que hacer conciencia de “sí mismos”, en este ejercicio de tomar conciencia de sí mismos, tenemos una dirección que nos encamina hacia la compasión, ya que como sabemos todas las tradiciones espirituales que buscan el despertar de la conciencia equiparan la iluminación con la obtención de la compasión, como dicen los budistas en su tradición que se fundamentan en el “Bodichita” que podemos traducir, como: conciencia despierta y compasiva; siendo, este bodichita sinónimo de la caridad cristiana. Por lo que elevar nuestra conciencia implicara mayor capacidad de compasión, amor, bondad, etc. Digamos que la compasión remueve conciencias, y la conciencia busca el amor; en princi

Una visión nueva del mundo

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Una visión nueva del mundo. La sencillez tiene una frescura que nos hace ver las cosas como nuevas, la sencillez es simple y abierta. Utilizar la sencillez demanda una mente clara, sin complicaciones ni obstrucciones; la sencillez nos permite ver las cosas tal como son, sin artificios ni ornamentos, pero la sencillez no es indiferente, ni pasiva, ni ignorante. La claridad de nuestra visión del mundo es una cualidad que debe permanecer siempre abierta, dejando atrás todos nuestros condicionamientos y prejuicios. Abrir nuestra visión permite ver la luz sobre nosotros mismos; nuestra visión interior es nuestra visión exterior, cuando somos conscientes de nuestra forma de ver el mundo, conocemos nuestros límites y condicionamientos, siendo estos límites y condicionamientos los que nos encajonan en una visión distorsionada y parcial de la realidad. Mientras mantengamos una visión parcelada del mundo y la vida, poco podremos aprender de nuestras vidas y de lo que el mundo es. Por lo

Lo inconsciente y la conciencia

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Lo inconsciente y la conciencia Dividir la conciencia entre lo inconsciente y la propia consciencia, nos puede llevar al equivoco, puesto que la conciencia es integradora. A falta de conocer lo que es la conciencia en sí y su propia naturaleza, buscamos una respuesta racional para conceptualizar aquello que desconocemos; por ejemplo, se alude a que el instinto es o funciona de modo inconsciente, ya que actúa sin el procedimiento racional al que, si tildamos de consciente, pero lo cierto es que la razón se refiere a lo instintivo como inconsciente porque no es capaz de comprender el proceder de lo instintivo. Al realizar una división entre lo consciente e inconsciente, damos un valor desmedido a la razón, desvalorando todas las demás funciones propias de todo nuestro Ser, que incluye todos los demás atributos que poseemos: el instinto, las emociones, capacidades motrices, inteligencia empática, etc. Respecto a nuestros estados subconscientes, inconscientes o infra-conscientes, viene

El arte y la conciencia

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El arte y la conciencia El arte es la expresión de nuestra alma y lo que el arte dice, es el resultado de nuestra relación de nuestro mundo interior y el mundo exterior. Nuestra conciencia se expresa con la palabra, el canto, la música, las artes plásticas, la pintura, etc. nuestra conciencia, percibe, siente, reflexiona sobre nuestra forma de ver el mundo y lo que el mundo es. No siempre el mundo es como lo vemos y lo sentimos, el mundo externo tiene vida propia indiferentemente de uno mismo, aunque en el fondo nosotros y el mundo son un mismo y único mundo. La vida nos puede gustar más o menos, encontrar satisfacción e insatisfacciones, comedias y dramas; el contraste entre nuestro mundo interior y como el mundo exterior se mueve y resulta un continuo acicate para nuestra conciencia, llevándonos a la alegría, a la tristeza, la ilusión, la desilusión, al encuentro del amor y del odio, etc. nuestra alma vive inquieta entre la luz y la oscuridad, entre la comprensión y la confusión.

¿Buscar a Dios es buscar la verdad?

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¿Buscar a Dios es buscar la verdad? Si buscar a Dios es buscar la verdad, ¿puede la fe dogmática participar de esa verdad? Desde los principios de la humanidad siempre se buscaron respuestas más certeras sobre la verdad y ello nos ha permitido evolucionar, aunque no con el éxito que nos gustaría. Lo que significa que aún nos queda mucho por aprender y mucha conciencia que despertar. La ciencia se postula como un cauce para hallar la verdad, procurando evitar el dogmatismo, sustituyendo este por la comprobación y la experimentación, aunque tampoco ha sido satisfactoria la ciencia, pues los problemas humanos son cada vez más peliagudos. ¿Es quizás la filosofía la respuesta a nuestras inquietudes en busca de la verdad? Con el paso del tiempo y desde los primeros filósofos hasta la actualidad, han surgido diferentes corrientes filosóficas y grandes pensadores que nos han aportados mucho, pero no ha sido posible una solución común para la inmensa humanidad. Todos podemos participar de