Gnosis No-Dual (1)

La gnosis es un conocimiento universal que se encuentra en lo profundo de nuestra conciencia, el M. Samael nos dice en su libro “La Gran Rebelión” que por muchos esfuerzos que realicemos en lo físico, psíquico-emocional, mental, y con la voluntad nada hacemos si no activamos la conciencia:

< Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos, debemos comprender: Primera. - energía mecánica. Secunda. - energía vital. Tercera. - energía psíquica. Cuarta. - energía mental. Quinta. - energía de la voluntad. Sexta. - energía de la conciencia. Séptima. - energía del espíritu puro.

Por mucho que multipliquemos la energía estrictamente mecánica, jamás lograríamos despertar conciencia.

Por mucho que incrementáremos las fuerzas vitales dentro de nuestro organismo, nunca llegaríamos a despertar conciencia.

Muchos procesos psicológicos se realizan dentro de sí mismos, sin que por ello intervenga para nada la conciencia.

Por muy grandes que sean las disciplinas de la mente, la energía mental no logrará nunca despertar los diversos funcionalismos de la conciencia.

La fuerza de la voluntad, aunque fuese multiplicada hasta el infinito no consigue despertar conciencia.

Todos estos tipos de energía se escalonan en distintos niveles y dimensiones que nada tienen que ver con la conciencia.

La conciencia sólo puede ser despertada mediante trabajos conscientes y rectos esfuerzos.

El pequeño porcentaje de conciencia que la humanidad posee, en vez de ser incrementada suele ser derrochado inútilmente en la vida.>

                                             Samael Aun Weor.




La gnosis no-dual apunta directamente al trabajo con la conciencia, los previos ejercicios sobre el cuerpo la energía vital energía psíquica, la energía mental y de la voluntad no son más que ejercicios preliminares que pueden ayudarnos, sin embargo, si no activamos la conciencia de nada servirían todos estos ejercicios. Es por tanto importante descubrir la naturaleza de nuestra conciencia ¿de donde viene, como es, que naturaleza tiene, como se activa y funciona, etc.?

Es imprescindible descubrir la naturaleza de la conciencia las tradiciones espirituales más trascendentales de la gnosis universal nos enseñan que la conciencia original o primordial es no-dual, podemos informarnos en las enseñanzas de los gnósticos clásicos como por ejemplo el evangelio de Tomas y en otros tantos evangelios gnsoticos, podemos informarnos en los escritos del Maestro Eckhart de Hochheim (Turingia, c. 1260 - c. 1328) llamado el teólogo gnóstico y en todos los místicos cristianos que practicaron la meditación contemplativa, ya que la meditación contemplativa es la vía adecuada que nos conecta con la naturaleza de la conciencia. También podemos informarnos en las enseñanzas orientales como el advaita, el gnama-yoga, el zen, el budismo tántrico y el dzogchen. Toda la información sobre la gnosis no-dual es útil pero no eficiente, lo eficiente es iniciarse en la vía contemplativa con cuya práctica irrumpiremos en la naturaleza de la conciencia.

La Contemplación

Es sabido que la meditación contemplativa es la más sencilla y simple, sin embargo, nos resulta muy costoso aplicarla ya que no estamos acostumbrados a tal contemplación. Siendo nuestra propia energía y sus diferentes tipos física, vital, psíquica, mental y de la voluntad la que interfiere en la contemplación. Según la tradición mística occidental existen tres niveles de contemplación 1º la purgativa, que es la más costosa donde debemos de cesar o apaciguar toda nuestra actividad energética y encontrar la calma la serenidad, el silencio interior, en esta etapa la imaginación o translucido del alma se despierta. 2º la contemplación iluminativa, donde la conciencia emerge mostrándonos una nueva luz, una nueva forma de ver la realidad que ya trasciende lo cotidiano y nos muestra un nuevo espacio donde la inspiración emerge permitiéndonos que todo aquello que nos condiciona pueda ser trascendido. 3º la contemplación unitiva, en este estado de contemplación alcanzamos la no-dualidad integrándonos en la conciencia original o primordial, en este estado de conciencia la gnosis o intuición fluye más allá de todo conflicto o de toda dualidad, cesando las batallas e iniciando un trabajo real y profundo con la conciencia. (es recomendable leerse el libro de José Alvarado “historia de los métodos de meditación no-dual”).


Aunque cada tradición contemplativa tanto de oriente como de occidente tienen su metodología práctica en la meditación contemplativa, el primer paso siempre es encontrar la serenidad y el silencio, se requiere un mínimo de paz interior, el cese de nuestras luchas que siempre se producen por nuestra visión dualista, en esta etapa los dioses buenos luchan contra los dioses malos o demonios siendo una lucha encarnizada, solemos luchar entre el corazón y la mente en vez de unificar mente y corazón, la batalla no cesa hasta que realmente aprendemos a contemplar tal lucha sin identificarnos con sus peleas y disputas. Una vez dejamos de condenar y justificar nuestras acciones, emociones y pensamientos dejando de identificarnos con todas nuestras batallas emerge la serenidad, tal como nos explica el M. Samael los problemas consisten en dos polos que sostenemos en nuestra mente y que la solución está en olvidarlos, es decir dejar de sostenerlos e identificarnos con ellos, de tal modo que nuestra mente encuentre un espacio en paz, esta etapa es purgativa.

Una vez alcanzamos un cierto estado de serenidad estable en la contemplación viene la segunda etapa la iluminativa, en esta etapa se empieza a disfrutar de la contemplación, ya que una mente pasiva y serena la conciencia empieza a brillar con su propia luz. Los problemas y nuestras angustias empiezan a verse desde otra perspectiva nos vamos dando cuenta de que son efímeros y que sostienen mientras nosotros lo permitamos o nos identifiquemos con los problemas. La conciencia que empieza a activarse nos brinda la trascendencia, es decir, nos permite ver los problemas sin necesidad de evadirnos de ellos, esto significa que empezamos a observarnos a nosotros mismos con plenitud, con ello, la conciencia toma fuerza, se consolida encontrando su naturaleza no-dual, percatándose de todo problema es dual como lo es nuestro ego, nuestros deseos buscan satisfacción mientras que nuestra frustración huye de la insatisfacción. Con la trascendencia de la conciencia dejamos de correr en busca de satisfacción material o espiritual y dejamos de huir de nuestra frustración o insatisfacción, comprendiendo lo efímero que son todos nuestros problemas o agobios. Sin embargo, la contemplación iluminativa aún carece de plena estabilidad por lo que se padece de altibajos con profundas crisis, puesto que cuando uno descubre la luz de la conciencia y la pierde obviamente la añora y sufre por perder la conciencia y el recuerdo de sí mismo situado en nuestra conciencia original.

La tercera etapa contemplativa la unitiva nos permite salir de la dualidad con mayor solidez, ya que el ejercicio o trabajo contemplativo no se aplica tan solo en una meditación pasiva, sino que la contemplación se adapta a nuestra actividad diaria, adquiriendo una contemplación no-dual pasiva y activa. La experiencia contemplativa ya nos permite ver los objetos psíquicos y mentales como simples objetos que van y vienen y que se pueden aceptar o rechazar como podemos hacerlo con los objetos físicos, de tal modo que al pasar a la contemplación activa en el diario vivir los objetos físicos pueden ser aceptados o rechazados con plena naturalidad.

Sobre la contemplación unitiva es mucho lo que se puede decir y lo iremos comentando, de momento solo decir, que la contemplación y sus diversas etapas van trascendiendo el dualismo de la mente intermedia o racional de modo que nos vamos posicionando en el espacio o naturaleza propia de la conciencia original, más allá de la mente ordinaria o la que utilizamos en nuestro diario vivir. En ejercicio de la contemplación las respuestas o la búsqueda de soluciones son de naturaleza abstracta o intuitiva nada tienen que ver con la mecánica física, ni con el psiquismo, ni con la mente ordinaria o la voluntad, las respuestas contemplativas trascienden nuestros deseos personales o de nuestro ego, por tanto, las respuestas no son racionales ni duales. La respuesta contemplativa es una apertura hacia lo incognoscible, hacia un espacio abstracto y absoluto que a la vez todo lo integra.

Atentamente:

Rafael Pavía                                07/04/2021.

 

 

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