El Ser y la no dualidad



El Ser y la no dualidad

El budismo es una filosofía espiritual ateísta no cree en un dios todopoderoso y omnipotente, la visión budista sobre la espiritualidad se concibe en la comprensión de nuestra naturaleza primordial. Mientras en el cristianismo si se cree en un dios omnipotente, creador de todo y todopoderoso, esa visión del cristianismo nos hace prácticamente inaccesible unir a dios y al hombre, aunque en la visión gnóstica se nos enseña que el Cristo el hijo del hombre y de Dios unifica lo divino y lo humano, tal como dijo Jesucristo: “El Padre y yo somos uno solo” (Juan 10:30).


En el evangelio gnóstico de Tomas podemos ver la visión de Cristo en la no-dualidad:

< Dijo Jesús: «He arrojado fuego sobre el mundo y ved que lo mantengo hasta que arda>.

<Dijo Jesús: «Pasará este cielo y pasará asimismo el que está encima de él. Y los muertos no viven ya, y los que están vivos no morirán. Cuando comíais lo que estaba muerto, lo hacíais revivir; ¿qué vais a hacer cuando estéis en la luz? El día en que erais una misma cosa, os hicisteis dos; después de haberos hecho dos, ¿qué vais a hacer?>.

<Dijo Jesús: «Quizá piensan los hombres que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he venido a traer disensiones sobre la tierra: fuego, espada, guerra. Pues cinco habrá en casa: tres estarán contra dos y dos contra tres, el padre contra el hijo y el hijo contra el padre. Y todos ellos se encontrarán en soledad>.

<Dijo Jesús: «Dondequiera que hubiese tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o uno, con él estoy yo>.

< Dijo Jesús: «No es posible que un hombre monte dos caballos y tense dos arcos; no es posible que un esclavo sirva a dos señores, sino que más bien honrará a uno y despreciará al otro. A ningún hombre le apetece —después de haber bebido vino añejo— tomar vino nuevo; no se echa vino nuevo en odres viejos, no sea que éstos se rompan, y no se echa vino añejo en odre nuevo para que éste no le eche a perder. No se pone un remiendo viejo en un vestido nuevo, pues se produciría un rasgón>.

<Dijo Jesús: «Si dos personas hacen la paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña: ¡Desaparece de aquí! Y ésta desaparecerá>.

<Dijo Jesús: «Bienaventurados los solitarios y los elegidos: vosotros encontraréis el Reino, ya que de él procedéis (y) a él tornaréis>.

< Dijo Jesús: «Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros? ?,decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo>.

<Jesús les dijo: «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo, y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino, de manera que el macho deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos de un solo ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y una imagen en lugar de una imagen, entonces podréis entrar [en el Reino]>.

La gnosis no se puede concebir en la herejía de a separatividad Cristo es unidad no-dual, es el origen primordial que todo lo unifica.

En el cristianismo exotérico se visualiza a Dios como un ente aparte de uno mismo, como si se tratara de un Ser diferente a nosotros mismos, incluso se visualiza a Dios fuera de nosotros mismos, separado de uno mismo, esa visión tiene gran peso en la visión cristiana, esta visión condiciona a muchos gnósticos escolásticos contemporáneos, dificultando la unidad entre el Padre y el Hijo que son un mismo y único ente donde lo divino y lo humano, así como lo material y espiritual son Uno sin dos.

Al separar lo divino y lo humano en el cristianismo hemos creado la idea que Dios está en el cielo y nosotros en la tierra y que Dios es perfecto y nosotros imperfectos, sin embargo, el Ser no está dividido en un “yo superior y un yo Inferior” tal como nos enseñó el M. Samael. El Ser integra y unifica al unísono lo perfecto y lo imperfecto en un presente que tanto se manifiesta en el estado de vigilia como en el estado onírico o astral. El Ser no nos abandona ni cuando estamos bien ni cuando estamos mal, el Ser es capaz de generar espacios cada vez más amplios y profundos donde podemos ir trascendiendo tanto los estados negativos como positivos.

En el budismo se habla del “único sabor” este surge cuando en estado de contemplación y en recuerdo de sí mismo podemos observar tanto lo satisfactorio como lo insatisfactorio manteniendo una visión imperturbable.

No estamos separados del Ser somos el mismo Ser, al igual que el Padre y el Hijo son uno solo. Pensamos que el Ser es perfecto y si lo es, es porque asume lo imperfecto de sí mismo, el Ser tanto nos puede ofrecer estados maravillosos de éxtasis y deleite como estados inferiores de desolación y angustia, más cunado comprendemos su naturaleza original o primordial todo se unifica en un mismo sabor, el sabor de la contemplación no-dual pasiva y activa al mismo tiempo.

El Ser está presente en todo momento ya que es atemporal o eterno, él se encuentra tanto en el estado de vigilia como en el estado onírico como en el éxtasis como en la pesadumbre. Como nos dice el M. Samael en la Doctrina secreta de Anahuac, Cristo y Lucifer se hermanan se unifican así luz y sombra se unen en uno solo, es de ese modo como se obtiene el único sabor o a luz sin sombra, ya que la sombra siempre ira unida a la luz.

Atentamente:

Rafael Pavía.           28/03/2021.

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