Mente abierta y conciencia

Mente abierta y conciencia

La mente es ilimitada, es como el espacio intangible, no se puede medir, ni pesar, ni cuantificar, al igual que en el espacio en la mente se configuran las formas y los objetos, lo que observamos en el llamado espacio exterior es interpretado por nuestra mente, todo lo que llega a nuestros sentidos corporales la mente lo interpreta, lo califica, lo compara, etc., es nuestra mente la que conforma una visión sobre el mundo y la vida, creando hipótesis, teorías, creencias, mitos, etc. aquí entra la conciencia que inherente e inseparable a la mente y en consecuencia junto a ella, valora, reflexiona, indaga, buscando una realidad o verdad más valida o certera.


Nuestra mente tiene su vínculo biológico con el cuerpo y el cerebro, de este vínculo cada persona tiene determinadas capacidades intelectuales, emocionales, motrices, artísticas, una memoria física y onírica, diferentes; estas diferencias biológicas dan la apariencia de que cada persona es diferente, cada cual con sus cualidades mayores o menores. Actualmente la inteligencia se califica en distintas cualidades, cuestión que se está investigando desde hace varias décadas atrás, primero se popularizo la inteligencia emocional, seguidamente se fue ampliando las diversas inteligencias como la motriz, la artística, la empatía social, etc. previo a esta visión de las múltiples inteligencias básicamente solo se valoraba la capacidad intelectual como la única importante o valida.

El hecho de que actualmente se tenga en valor otras inteligencias a parte de la capacidad intelectual, es fruto del impulso de nuestra conciencia que busca siempre profundizas y ampliar su conocimiento. ¿cuál es el límite de nuestra mente? ¿hasta dónde puede llegar a conocer la plena realidad de su entorno? ¿cómo puede llegar la mente a conocerse a sí misma? Para muchos la mente no tiene límites, pero también vemos como la mente está condicionada, vemos como cada cual tiene sus propios condicionamientos y sus cualidades, unos gozan de una mente abierta, mientras otros tienen una mente obtusa o cerrada.

Las mentes obtusas son conservadoras, tradicionalistas, dogmáticas y poco dadas a la reflexión, tienen a su favor o como elemento positivo la conservación de las tradiciones, que son la base de nuestras estructuras mentales. Sin embargo, la conciencia siempre nos impulsa a redescubrir la realidad, a profundizar y ampliar nuestros conocimientos y para ello necesitamos abrir la mente.

Abrir la mente ha sido siempre visto como un riesgo, pues conlleva muchas veces romper con lo establecido, con aquello que nos sentimos seguros, con nuestra tradición, con nuestros ideales, con nuestra moral, con nuestras creencias, etc. la investigación contemporánea y sus nuevos descubrimientos también corren el riesgo de la manipulación de los intereses comerciales y de sus estamentos, por tanto, el avance, el progreso siempre ha tenido sus limitaciones.

La apertura de la mente debe de darse tanto dentro como fuera, dentro en nuestro interior quizás aún resulte más difícil, pues no hemos recibido una educación dirigida hacia el conocimiento de sí mismos, por lo que estamos a expensas de lo que se nos ha enseñado configurando así una visión del mundo y la vida, tal como la educación general y la tradición a establecido. Cambiar nuestra visión, abrir la mente, encontrar otras opciones fuera de lo ya establecido no resulta nada fácil, por ello los avances sociales en todos sus aspectos son lentos y pocos efectivos. ¿Porque resultan poco efectivos los avances? Pues, por ejemplo, toda la tecnología desarrollada en estos últimos tiempos, mas la revolución tecnología que se espera a corto plazo que tanto ha cambiado nuestro modo de vivir, en poco o nada ha mejorado nuestro espacio interior, la crisis humanitaria no se resuelve con nuevas tecnologías, si a la vez nuestra mente interior se expande o se abre hacia una vida más productiva o rica internamente, esto es mejorar la calidad de nuestras vidas, no solo por fuera sino también por dentro.

Actualmente los medicamentos más vendidos son los ansiolíticos, antidepresivos y analgésicos, que no curan, sino que solo palian nuestra salud física y mental. Por otro lado, las nuevas tecnologías solucionan algunos problemas y dejan pendientes o provocan otros problemas, de tal modo que por un lado pretendemos avanzar externamente, mientras seguimos rezagados en nuestra visión del mundo y de la vida, y su necesaria actualizacion.

La apertura de la mente, el progreso o avance de la humanidad esta desencajado debido a que nuestra educación ha obviado nuestra salud mental, no ha tenido en cuenta la investigación interior de nuestra mente, hemos dejado pendiente el conocer los funcionalismos internos de la mente. Aunque la psiquiatría y la psicología occidental se ha ocupado sobre la investigación del binomio cuerpo-mente, digamos que sus avances no han sido muy eficaces, ya que sus planteamientos iniciales se basaban en una perspectiva de estudiar lo de dentro desde fuera, es decir una perspectiva fisiológica, que confundía lo interior o mente con el cerebro y el sistema nervioso. Lo de dentro son órganos, lo interior es la mente, es decir que el estudio psiquiátrico se quedó estancado en una perspectiva externa, mientras lo interior, la mente sigue siendo algo ambiguo o abstracto.



Hoy en día son muchos los que recurren a las prácticas de meditación venidas de oriente, practicando la introspección, buscando esa parte interna de nuestra mente; la ciencia de la meditación acreditada por su propia tradición tiene su peso y su valor, para la indagación sobre nuestra mente, pero la meditación requiere de su práctica y dedicación. La cuestión es, como podemos hacer que los avances de la humanidad se conjuguen entre lo exterior donde las tradiciones son sustentadas por la sociedad y la innovación y progreso, junto con nuestra apertura mental, que en definitiva busca una verdad más ajustada a la realidad, una mejor salud mental y una calidad de vida mejor.

Los avances sociales son lentos ideológicamente, por carencia de una educación que también atienda a nuestra mente interior, que nos permita descubrir ¿cuáles son los límites de la mente? si los hay, comprender como condicionamos nuestra propia mente, como procesamos la información que nos llega, si llegamos a comprender nuestros propios límites interiores, podemos seguir indagando sobre cómo superarlos. Incluso deberíamos revalorizar eso que llamamos “estado de bien estar”, la educación es fundamental en todo conocimiento, es por ello que ponemos en relevancia el conocimiento de sí mismo, de nuestra propia mente, pues es desde la mente que todo lo gestionamos, incluyendo nuestra felicidad.

Todos los pasos que la humanidad realiza hacia delante deben tener un sentido un objetivo, este objetivo, hoy en día tiene una demanda diferente a nuestro pasado, en el pasado debido a nuestra visión limitada encaminamos nuestro progreso industrial comiéndonos el mundo, contaminándolo y acabando con sus recursos naturales, justificando este consumo desorbitado en pos de nuestro bienestar; ahora es el mundo quien nos demanda un cambio, pero seguimos atados a nuestros viejos patrones, por lo que el cambio social y su parejo cambio de conciencia, no da de sí.

¿cuál es el objetivo de la conciencia social? Todos podemos responder que mejorar, seguir avanzando, progresando y ofrecer una vida mejor. Pero, nos encontramos en un momento crucial en la existencia humana, no son pocos los científicos, entre ellos Stephen Hawking que anuncian un final próximo para la humanidad en este planeta. Por ello la exigencia de una conciencia social, ahora no se centra en el bienestar personal, sino que debe encontrar el objetivo requerido por toda la comunidad humana y su relación con el planeta. Tal objetivo, debe centrarse en la revalorización de la conciencia social y la apertura de nuestra mente, con el fin de afrontar el cambio necesario en el poco tiempo o margen que nos queda.

Pero como podemos alcanzar o llegar a un acuerdo común que realmente nos beneficie a todos, algunos dirán que eso es un imposible visto a actual disposición política y social, este imposible se debe a que seguimos con el patrón de que son nuestros líderes políticos los que nos deben solucionar nuestros problemas, pero la realidad es que la desconfianza sobre los gobiernos, instituciones y la clase política está en bancarrota, hecho que demuestra Manuel Castell, considerado uno de los mejores sociólogos del mundo en su libro “Ruptura”. La ruptura existe, la solución aún está por resolver.

La conciencia social ya no puede ser parcial o basada en las nacionalidades, el problema es común, global, nos atañe a todos y eso ya lo sabemos, aunque existen grupos sociales que persisten en una visión retrograda, anclada en el pasado y obtusa, pero también debemos considerar la fuerza latente de nuestra conciencia.

El resumen de nuestro actual conflicto y necesario cambio, tiene el primer factor en el escaso tiempo que nos queda, segundo el movilizar de modo efectivo la “nueva conciencia social”, para ello, como aconseja Manuel Castell podemos utilizar los medios de comunicación actuales y añado la utilización de plataformas de aquí y de allá que se conecten y se unifiquen en los objetivos del “nuevo cambio social”. Y si en algo debemos persistir es en abrir nuestra mente a nuevos cambios, nuevos enfoques, nuevas perspectivas, para evitar caer en los errores del pasado.

Atentamente:

Rafael Pavía.                 03/07/2020.

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