Viejas almas



La nueva edad de oro II

Viejas almas

Viejas almas que han caminado por toda la faz de la tierra ¿dónde os encontráis? ¿qué es de vuestro espíritu? ¿recordáis cuando los dioses hablaban entre los truenos y entre el silencio de los bosques? ¿dónde están los creadores de las pirámides y sus civilizaciones doradas? ¿dónde y cuándo hemos abandonado la sabiduría de los ancestros? Debemos despertar de nuestro olvido para restaurar una nueva era, una nueva edad de oro, la humanidad lo requiere, necesita una esperanza fundada, creíble, certera.


Ahora nuestro futuro lastra el agobio complejo de nuestra desquiciada sociedad, ahora evolucionamos juntos entre el caos psicológico, afrontando un fin sin sentido. No es necesario nombrar todos los desastres que se nos avecinan y que ya todos conocemos, solemos perdernos en los insignificantes detalles con los que hemos adornado nuestras vidas, perdiendo el verdadero sentido de la vida.

Caminamos sobre nuestro lodo y nuestro mundo agoniza, mientras la tierra exclama a voces: ¡recordad humanos que vuestra debilidad es endógena!

Alzaos viejas almas! Deshaceros de vuestros ornamentos y ved la sencillez de la vida, ved su esencia pura, volved a caminar sobre la tierra fresca y virgen, abrid bien los ojos ante la esperanza, vuestros semejantes anhelan un faro que alumbre su destino.

Egida

Si solo vemos nuestra compleja situación humana, difícilmente saldremos de un pronto, si no inminente apocalipsis. En pleno siglo XXI el tiempo corre más deprisa que nuestras resoluciones, nos hemos atascado en nuestras obtusas visiones del pasado, queremos poner remedios complejos a un complejo caos, mientras el tiempo transcurre sobrepasándonos, ¿dónde está la temible solución que no alcanzamos a ver? Por ello apelo a las viejas almas para que alcen la vista sobre los caducos remedios del pasado, ahora el remedio consiste en mantener la cordura, la sensatez perdida, en recuperar la luz de nuestra aurora dorada, reencontrar nuestros orígenes perdidos, recordar que antes del invierno hubo un otoño, que precedió a un verano, gestado en una esplendorosa primavera. ¿recordáis vuestra ancestral primavera, vuestra edad de oro? Invoco a las viejas almas que pusieron remedios tras remedios en su largo recorrido, siendo viejas las almas no por el transcurso del tiempo, sino porque en su fuero interno saben de sus orígenes, saben de lo imprescindible, saben que el mismo tiempo caduca, saben que la primavera germina nuevamente con fuerza gracias a las nuevas semillas, en eso consiste la experiencia de las viejas almas, que han aprendido a renovarse ciclo tras ciclo, era tras era.


Las viejas almas saben que el origen es siempre original, novedoso, allí se encuentra el germen de la vida, la brillantez del genio que prende el fuego incesante de la inspiración. Las viejas almas hablan de integración, de unión, de la armonía con lo desconocido, del silencio que escucha sin temor. Los viejos mayas hablaban del “tiempo del no tiempo” en su famoso calendario, los egipcios piedra tras piedra, templo tras templo levantaron la imagen del cielo sobre la tierra sagrada de Geb, el genio terrestre, siendo su misterio trascender lo mortal en aras de la resurrección donde el tiempo caduco deja paso a lo eterno, tal como nos muestra el mito de su tótem sagrado el ave Fénix. Los chinos encontraron el Tao, la armonía entre el cielo y a tierra, los hindúes vieron la realidad de brahmán y el sueño ilusorio de la diosa Maya, a todos nuestros ancestros les debemos la sabiduría, la cordura, la sensatez, que nos lleva hacia nuestros orígenes dorados.

Recordad viejas almas que no son las formas si no los contenidos lo verdaderamente importante y esencial. Cada alma tiene un registro de sus sucesivas experiencias vividas existencia tras existencia, no importa tanto si recordamos nuestras previas reencarnaciones, lo importante son los valores adquiridos y perdidos en nuestro largo viaje. En estos valores hallaremos a egida, el amparo y tutela de la sabiduría antigua en constante renovación. Las viejas almas rehúsan del miedo en favor del trono del poder, el poder consiste en la capacidad de cambiar, transformar, renovar, y para ello nuestras almas deben sostener el fuego del espíritu que anima toda vida.

Abrid bien vuestros ojos viejas almas disponeos a enfrentar la nueva era, escuchad los ecos de la multitud, ¿hacia donde se dirigen? ¿qué pretenden? ¿sobrevivir, salvar la tierra? No es cuestión de mera supervivencia, recordad el huevo Órfico rodeada de su serpiente, la misma tierra bajo la egida de la serpentina sabiduría cambia su piel, para renovarse constantemente, así nuestra tierra, nuestro planeta cambia su piel, cambia sus formas, generando nuevas formas, nuevas especies, nuevas vidas dando paso a nuevos estados de conciencia entre todos los seres sintientes que habitan el planeta.


Hablan las tradiciones de los altivos atlantes que sucumbieron a las mismas potencias terrestres hundiéndose entre las aguas del océano que lleva su nombre, a ellos precedieron los lémures que compartieron el karma con los propios dioses y semidioses que convivieron con ellos, como dice el evangelio apócrifo de Enoc, y antes de ellos precedieron otras razas, eso dicen las tradiciones de nuestros ancestros diciéndonos como la misma tierra moldea sus formas de vida.

La tierra de nuevo cambiará su piel, su contorno, sus especies, abriendo nuevas formas de vida, será un nuevo parto que dará a luz una nueva generación, si seguimos atentos a los aconteceres veremos que el poder sigue en manos de la propia tierra, ella tiene la capacidad de cambiar, transformar, renovar nuevas formas de vida. Pero, lo esencial no son las formas que continuamente cambian, lo esencial son los estados de conciencia que contienen las formas vivientes de los seres sintientes.


Los humanos tienen tres opciones evolucionar, involucionar o salirse del mecanismo rodante de la evolución y la involución. Salir del proceso de la evolución y la involución significa haber comprendido que quien realmente vive las transformaciones constantes de la naturaleza es nuestra alma, quien registra cada acontecer en una suma y resta de valores que aportan luz a nuestra conciencia.

Atentamente:

Rafael Pavía.                          22/05/ 2020.









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