57 otoños

57 otoños


El otoño es claro-oscuro una penumbra, atrás hojas caídas, de frente la lluvia. 57 otoños son una vida inacabada, una esperanza desdibujada. Lo cierto se vuelve incierto, el amor y el sexo se van a la sala de enfermería.

En la esperanza desdibujada de los 57 otoños se pisan las hojas secas mirando el cielo. En otoño es inevitable la niebla, la melancolía, el recuerdo costoso de lo transcurrido, mientras la ilusión sigue su viaje de la mano de los sueños.

La lanza del guerrero se adorna con las plumas de sus aventuras y desventuras, sus triunfos y honores se recogen en el baúl de la guardilla. Son mejor ahora las cicatrices del rostro y los ojos, que todos los placeres efímeros que atormentan su memoria.

El espíritu rebelde de la primavera y el verano, se rebela silencioso dentro de sí mismo, guarda resignado sus fuerzas para el cruel invierno. Su espíritu joven se arropa en su coraza oxidada, no siente miedo, su vergüenza se ha curado en sus culpas, ahora está preparado para morir en su postrera batalla.

57 otoños dejan caer como hojas secas los rencores, las desilusiones y los desamores; se renueva el espíritu con la lluvia otoñal fecundando las raíces para los nuevos retoños. Se escribe la vida sobre papel mache con la tinta hecha de sudores y lágrimas. El entusiasmo lucha entre la realidad y la figuración, solo pasos decididos y valientes aciertan el camino entre la hojarasca seca.

Es el momento de vivir el presente sin vacilaciones, sin miedos, tomando el vino añejo criado en la barrica del destino; solo se encuentra lo que se busca, solo se vive aquello que amas. Los pasos del otoño se ocultan entre el follaje marchito de un amor velado, de un amor sin medidas, sin tiempo, sin razones, libre de lo designado. Ahora, solo cuenta lo que resta y todo lo contado sumara si el amor vence.

57 otoños hacen que lo cierto se vuelva incierto, no queda tiempo para debates, ni dudas, ni cálculos, el espíritu necesita emanciparse, liberarse de sus grilletes, sobre todo de la resignación, de caer en el conformismo malsano. Si algo se gesta en el otoño es la rebeldía inteligente que busca y encuentra el amor de nuestra vida.

El otoño es invencible junto al amor perenne.

Rafael Pavía.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditación Contemplativa

La eliminación de “yo”.

Ilusión y desilusión espiritual