Crónicas Post-Pandemia I

Crónicas Post-Pandemia I

Posibles consecuencias:

No sabemos con certeza ¿como y de qué manera? Vamos a salir de esta crisis, por no llamarla guerra, pero aun pensando bien, saldremos mal. Mal económicamente, mal laboralmente, mal socialmente, sanitariamente, políticamente, etc. también saldremos tocados personalmente, los autónomos, las pymes, negocios, etc. el personal funcionario que soporta las lides de una crisis jamás conocida, también saldrá tocado. Todos terminaremos mal, encima la política y los gobiernos terminaran de desunir lo que se entendía por “conducta humanitaria”, empezando a utilizar un lenguaje de guerra cada vez más belicista.


En el actual estado de conciencia predominante, se abrazará a la frase: “sálvese quien pueda”. Entonces en EEUU, es posible que los estados miembros se separen entre luchas e intereses propios, terminando en varias guerras civiles enfrentándose unos contra otros, recibiendo los gobernadores la ayuda del ejercito civil, sabemos que las armas en EEUU han aumentado un 40% mas, una barbaridad, aquello se convertirá en un nuevo “salvaje oeste”. Mientras en Europa, la unión se volverá una utopía, las diferencias entre norte y sur de Europa irán a más, las fronteras se cerrarán y el “salvase el que pueda” ira a mas, cada nación intentara “salvar sus espaldas” en recursos, en economía, en medios, logística, etc. Los propios gobiernos se desestabilizarán, cayendo uno tras otro bajo gobiernos totalitarios o dictaduras aunque sea bajo el encubrimiento de salvar a la nación, y ya no en el caso de esta pandemia y de sus rebrotes, con la previsible guerra de vacunas y medicamentos, sino debido a la abrumadora crisis económica y social.

La pobreza e incluso el hambre vendrán a quedarse en el sur de Europa, la recuperación económica, la “supuesta normalidad” se convertirá dentro de poco en un sueño del ayer y en una quimera del futuro lejano. Europa del norte intentara mantener el tipo, bajo el coste de una existencia de absoluto control, tanto o más que en China. Mientras tanto China ganara el terreno en todas las direcciones, se convertirá en la próxima potencia mundial sin discusión, aunque Rusia intentara resistirse, China vencerá aunque sea a la fuerza, pero mientras tanto China se gana los favores de muchos países, África será la fuente de recursos naturales de China, ayudará a los africanos a combatir y superar la pandemia cobrándoles un buen precio, pero también muchos otros países incluidos en Europa quedaran económicamente a merced de los chinos.

Los países musulmanes vivirán un resurgir del fanatismo por el miedo, lanzando la culpa a occidente, lo que puede provocar un levantamiento de grupos terroristas que utilicen nuevas fórmulas, también sucederá, que teniendo más que nuca limitadas sus movimientos, los propios musulmanes iniciaran luchas entre ellos mismos. 



Así el panorama pos-pandemia prevé una crisis negra, caótica, cercana al apocalipsis, un panorama muy negro. Observen los substratos de su conciencia y vean sino he dibujado un panorama quizás “demasiado esperanzador”, observen los substratos de nuestra conciencia, miren sus miedos, mírenlos sin cortapisas, vean la desconfianza, sobre el vecino, sobre lo que dicen, sobre los políticos, gobiernos, desconfiamos hasta de nuestra sombra, sentimos miedo. Y basamos nuestras esperanzas en recuperar la normalidad sosteniéndonos en el miedo, el miedo nos tiene aterrorizados y me refiero no a nuestra conducta normal, sino a nuestros substratos, a nuestro subconsciente o inconsciente. Lo importante en lo que estoy planteando, es el peso que tiene nuestro substrato inconsciente respecto al temor, porque tal temor ira normalizando un lenguaje que ira pasando de lo racional a lo irracional. El bypass de espera que vivimos en el confinamiento va rasgando el velo entre lo racional y lo irracional, entre el miedo sujeto por la razón o cordura, y el miedo bajo el control de lo irracional. El lenguaje utilizado por los medios de comunicación, sobre todo los móviles, internet y finalmente las televisiones nos indicaran mediante su lenguaje la racionalidad o irracionalidad de nuestro miedo, todo ello según el peso proporcional de nuestro “inconsciente colectivo”, el peso de nuestros substratos.

El tiempo de espera del confinamiento, mantiene latente nuestros miedos, el resistirse a hablar claramente sobre nuestros miedos, mantiene a raya nuestro propio miedo a entrar en pánico, es decir pasar del control racional a pasar al descontrol irracional. Pero de momento nos amparamos en la esperanza de “recuperar la normalidad”, después por sostener el “velo esperanzador de recuperar la normalidad”, después nos veremos en la crisis de la supervivencia, quizás no tan terrible e inhumano como fue la post-guerra civil, pero si, será la crisis más cercana a lo vivido en aquellos tiempos, donde también aconteció la 2 guerra mundial.

Nuestra esperanza tiene que viajar con nuestros miedos, junto con nuestros temores, pero no es aconsejable viajar con lo irracional, lo irracional es retrogrado, recurre a los viejos cauces recorridos en anteriores tragedias humanas incluidas las guerras, dictaduras, etc. Lo irracional es retrogrado, es un pensamiento basado en la tradición y que no tiene referencias de progreso, su visión es: lo “tradicional es la estabilidad”, cerrándose a nuevas visiones o progresiones, esta visión retrograda ya se veía antes de la crisis pandémica con las políticas y gobiernos “retro-derechitas” y “ultra-capitalistas”, y no es que el resto de gobiernos se salven de la quema, desde China, Rusia y etc. El miedo cuando no encuentra una solución viable, se refugia en la tradición en lo que conozco de antes, aunque sea malo, pero conozco su “mal” y no habiendo soluciones prefiero “lo malo conocido que bueno por conocer”. Así el pensamiento retrogrado e irracional se va cerrando a posibles cambios o nuevas configuraciones que enfrenten el nuevo problema. Con todo el peso del miedo forjado en nuestro substrato inconsciente, las respuestas del colectivo irán surgiendo, como hemos dicho normalizando un lenguaje de guerra cada vez más bélico, por el bien de nuestra nación.

Mi recomendación es que enfrentemos a nuestros miedos desde lo racional, no oculten sus miedos, hablen de ello, pero con la objetividad del uso de la razón. Los acontecimientos próximos post-pandemia tendrá que definir a los racionales de los irracionales, entre los irracionales los retro-derechitas, que tendrán que hundir su flota porque ni siquiera los modelos más tradicionales darán solución a nuestra contienda, mientras los que vibran con la onda progresista tendrán que enfrentarse a su substrato y conjurar sus miedos para ondear la bandera de la esperanza, nacida de la necesidad.

La esperanza surgida de la necesidad, no es optimista; la necesidad es realista 100% lo que nos permite ver las cosas con claridad y determinación.

Atentamente, hasta la próxima crónica post-pandemia.

Rafael Pavía.               05/Abril/2020

Comentarios

  1. Como es habitual ... lo de costumbre. Cualquier espacio y cualquier situación es buena para "escribir" el resentimiento, destilar ideología maltrecha y esparcir propaganda panfletaria. Pero, también como suele ser cada vez mas común, se ve mucho más fácilmente el odio y la manipulación detrás del discurso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Meditación Contemplativa

La eliminación de “yo”.

Ilusión y desilusión espiritual